Bacalao al horno con patatas

Preparación

Cómo preparar bacalao al horno con patatas

1. Para el bacalao: con ayuda de un pelador, quitamos la piel de las patatas y las cortamos en rodajas. Cortamos las cebollas también en rodajas y las añadimos a un bol junto con las patatas, sal, pimienta y aceite de oliva.

2. Mezclamos bien el conjunto, lo extendemos sobre una fuente apta para horno y horneamos a 190º durante 25 minutos aproximadamente.

3. Colocamos los lomos de bacalao sobre la base de patata y cebolla, añadimos vino blanco y horneamos 15 minutos más. Reservamos.

4. Para el refrito: en una sartén con aceite, doramos los dientes de ajo laminados con un toque de vinagre y perejil. Disponemos el bacalao con las patatas y la cebolla reservados en el plato que más nos guste, añadimos el refrito y… ¡listo para disfrutar!

Información adicional sobre nutrición

Esta receta consistiría en un típico segundo plato en el que nos encontraríamos el pescado como fuente de proteína, y a las patatas como fuente de hidratos de carbono.

Podría ser ideal para cerrar un menú en el que el primero haya sido una ensalada, una crema de verduras o una preparación más ligera, dado que la cebolla que incluimos en ella no es suficiente para constituir una ración de verduras por persona.

Otra opción aconsejable es aprovechar el calor del horno para poder incluir más cantidad de verduras, por ejemplo berenjena o pimiento y así aportar más cantidad de productos vegetales.

Además se trata de una receta saciante, al contener buen aporte de proteína, y un hidrato de carbono complejo como el de las patatas al horno.

Información adicional sobre el producto destacado:

El bacalao es un pescado blanco, por lo que nos aporta una interesante cantidad de proteína asociada a muy poca de grasa. La poca cantidad de grasa que tiene es además fuente de omega-3, por lo que resulta interesante a nivel nutricional.

Suele ser un pescado muy bien aceptado en recetas por toda la familia, al que además se le pueden quitar las espinas y la piel fácilmente. A pesar de que ha podido tener fama de contener mucha sal, se debe a que la salazón se utilizaba como método tradicional para conservarlo.

Nutricionalmente es un alimento interesante si lo compramos fresco, congelado, o incluso salado para luego reconstituirlo desalándolo con hidrataciones previa a la receta.