Pollo al ajillo

Toni Carceller
Toni Carceller
Pollo al ajillo image
Dificultad Fácil
Preparación 15 min
Cocción 35 min

Ingredientes

4 raciones
  • Cómo preparar pollo al ajillo

    •   aceite de oliva virgen extra
    • 1   cabeza ajo
    • 1,5   kg pechugas de pollo
    •   pimienta negra
    • 15   g harina de trigo
    • 200   ml vino blanco
    • 500   ml caldo de pollo
    •   perejil

Preparación

  1. Doramos ligeramente unos dientes de ajo enteros en una cazuela con aceite de oliva. Retiramos y añadimos el pollo previamente troceado.

  2. Cocinamos a fuego medio-fuerte hasta dorar y retiramos de la cazuela. En la misma cazuela, incorporamos el ajo laminado y cocinamos hasta que tome temperatura.

  3. En este punto, añadimos vino blanco y dejamos evaporar el alcohol. Incorporamos harina, caldo, el pollo, sal, pimienta negra y dejamos cocinar el conjunto durante 20 minutos aproximadamente.

  4. Disponemos el pollo en un plato, añadimos un diente de ajo de los que habíamos dorado previamente, decoramos con perejil y… ¡listo para disfrutar!

  5. Información adicional sobre nutrición

    Dentro de las recetas con pollo, el pollo al ajillo es uno de esos clásicos que nunca pasa de moda. A nivel nutricional destaca por su aporte de proteínas de calidad por parte del pollo. También tenemos harina que aporta hidratos de carbono. Deberíamos acompañarlo de una buena ración de verduras para tener un plato principal. No olvidemos que, cuando cocinamos con alcohol, en este caso vino, no se recomienda para niños o mujeres embarazadas, ya que el alcohol no se evapora del todo. Podríamos usar un mosto de uva si queremos darle este toque, o directamente el zumo de uva para tener un sabor similar. Podemos usar una harina sin gluten, para tener una receta apta para personas con celiaquía. Si quisiéramos una versión vegana, podríamos hacerla con seitán, tempeh o soja texturizada de grano grueso, y un caldo de verduras en lugar de caldo de pollo.

    Información adicional sobre el ingrediente destacado

    El pollo es una de las carnes más consumidas del mundo, si no la que más consumida. Ayuda su sabor neutro, su precio económico, y su versatilidad en la cocina. Es un tipo de carne blanca, que aporta proteínas de alto valor biológico y con un contenido bajo en grasa, siempre que no consumamos la piel. Es también una fuente de vitaminas como el niacina o B6. También nos aporta diferentes minerales como selenio o fósforo. Es una de las opciones de proteínas que podemos consumir de manera frecuente, siempre que elijamos opciones de cocción saludables, evitando opciones fritas, sobre todo.

Información nutricional

kCal 827
Proteínas (g) 11.9
Carbohidratos (g) 5.5
Grasas (g) 32