Solomillo de cerdo con compota de manzana

Preparación

¿Has probado el solomillo de cerdo? Su sabor y textura tierna suele encantar a los niños. Su cantidad de grasa es modesta, al contrario que otros cortes de carne de cerdo. Es alta en proteínas y contiene vitaminas del grupo B,y minerales como el hierro y zinc. Hay que recordar que actualmente se recomienda moderar la frecuencia y la cantidad de carne en la alimentación. Por ejemplo, para un niño de 3 años, una ración de 50 g es más que suficiente, y no debe repetirse en el mismo día. Un medallón de solomillo de cerdo ya suele tener este peso.

Esta receta acepta muchas decoraciones. En este caso, proponemos una receta especial para Navidad, con una cara de Papá Noel que sin duda hará sonreír a los niños en el momento en que le vean en el plato. ¿Te animas a preparar el solomillo de cerdo con compota? ¡Vamos allá!

1. Primero, pelamos la manzana y la cortamos en dados y pelamos el limón. En un cazo, ponemos los dados de manzana con un par de cucharadas de agua, la canela, un poco de la piel de limón y una pizca de sal. Tapamos y dejamos que cueza fuego suave durante 15 minutos. Reservamos.

2. Escogemos 4 medallones de solomillo de cerdo con la forma más redonda posible. Los hacemos en la sartén con un poco de aceite de oliva virgen, procurando que no se tuesten y que mantengan la forma redondeada. Serán la cara de Papá Noel, ¡así que deben tener un aspecto bonachón! Podemos añadirles una pizca de sal antes de poner la carne en la sartén.

3. Sacamos la canela y la piel de limón de la manzana cocida. Trituramos con una batidora. Lavamos los tomates, y cortamos los trozos necesarios para hacer el sombrero y la nariz de Papá Noel.

4. Decoramos los medallones de solomillo haciendo una barba con la compota, nos podemos ayudar de una manga pastelera o si no tenemos podemos introducir la compota en una bolsa con cierre automático y cortar una de las esquinas inferiores, lo que nos servirá de manga. Situamos el tomate arriba, como un sombrero. Con las aceitunas negras hacemos los ojos y la boca, y con un trocito de tomate, la nariz. ¡Ya tenemos el plato acabado!