Tallarines de calamar con duxelle de portobello

Preparación

Cómo preparar tallarines de calamar con duxelle de portobello

1. Para los tallarines, reservamos las patitas de calamar y cortamos los tubos a lo largo dejando un filete grande. Cortamos el calamar en tiras lo más finamente posible y lo dejamos marinar con un poco de fumet, salsa de soja y aceite de oliva.
   

2. Para la duxelle, picamos portobellos, cebolla y apio muy finos y los cocinamos en una sartén con mantequilla hasta dorar. Añadimos pimienta negra, salsa de soja, comino, jengibre, zumo de lima, fumet y nata junto con las patitas de calamar.

3. Removemos suavemente, incorporamos el líquido de la marinada y lo dejamos reducir ligeramente durante unos minutos. Añadimos los tallarines escurridos y cocinamos hasta integrar.
   

4. Disponemos los tallarines de calamar en un plato junto con salsa. Decoramos con lascas de portobello, láminas de rabanito y hojas de apio. Terminamos con un toque de ralladura de lima y… ¡listo para disfrutar!

INFORMACIÓN ADICIONAL SOBRE NUTRICIÓN

Aquí os traemos una receta ideal para sorprender a familiares y amistades. Este trampantojo es ideal para hacer un plato diferente, pero sin necesidad de tener habilidades de alta cocina. El nutriente principal de este plato es la proteína de alto valor biológico, por parte de los calamares, junto con una buena ración de verduras. Por este motivo, una opción ideal como plato principal. También tenemos grasas por parte de la nata y la mantequilla. Es una buena opción para personas con celiaquía, ya que no usamos una pasta para los tallarines. Sí deberíamos revisar las etiquetas para confirmar que no puedan contener trazas de gluten para evitar una posible contaminación cruzada.

Información nutricional sobre el ingrediente destacado:

El calamar es un alimento muy conocido y utilizado en España, sobre todo en las zonas de costa, aunque también tiene su plato estrella en forma de bocadillo en la capital madrileña. Se puede utilizar tanto en guisos, a la plancha, en su tinta, o rellena. Nos permite mucha versatilidad por su sabor y textura. Lo consideramos pescado blanco, aunque en realidad pertenece a la familia de los moluscos. Nos aporta una proteína de alto valor biológico, y al igual que los pescados blancos, un perfil graso muy bajo. También nos aporta vitaminas del grupo B como B1, B2, B6, B9 y B12, junto con vitamina A. También es fuente de calcio, hierro, magnesio, yodo o zinc.